Eloísa y Amaya


Relato breve presentado a la primera edición del concurso “Dale un giro a tu vida” organizado por el Colegio de Psicólogos de Madrid.


Tercer Acto – Tercera Escena

(Fin de la obra)

Personajes

  • Eloísa
  • Amaya

Escenario

Un dormitorio con una cama de matrimonio con el embozo abierto. Una toalla de baño usada sobre la cama. Una ventana a la derecha con un estor a medio subir. Entra luz de mañana. Dos mesillas de noche con una lamparita cada una. Un móvil en una de ellas; un vaso de agua junto a unas pulseras en la otra. Un armario abierto que deja entrever ropa dentro.

Amaya, ya vestida, está sentada sobre la cama mirando al móvil con su bolso al lado. Eloísa, por su parte, está en ropa interior seleccionando un vestido que ponerse.

ELOÍSA.-

Tengo que elegir entre pasar calor o enseñar las tetas. La verdad es que por no aguantar a mi padre prefiero asarme.

Mira, este me lo puse en tu cumpleaños y gustó mucho. (Enseña un vestido sin llegar a sacarlo del armario).

AMAYA.-

(Separa la vista del móvil)

Tampoco necesitas vestirte de gala, solo tienes que ser tú misma.

¿Qué te parece el de al lado, el azul de florecitas?

ELOÍSA.-

Yo creo que sí es importante. Si mi familia fuera como la tuya hace ya mucho que habríamos pasado por esto, pero entre el facha de mi padre y el retrógrado de mi hermano…

Creo que sí, me voy a poner el azul. (lo saca del armario y comienza a ponérselo).

AMAYA.-

Mis padres también son fachas, aunque menos que los tuyos, porque poner al perro de nombre Franco, jodeeeer con tu padre. Cágate lorito.

¿Sabes ya cómo se lo vas a decir? Es importante que visualices el encuentro y te imagines el mejor momento para lanzar la bomba. El postre es muy buen momento, aunque hay gente que estas cosas prefieren soltarlas de golpe, como un pedo, así, nada más llegar.

ELOÍSA.-

(Termina de ponerse el vestido y se mira en el espejo del armario. Amaya se levanta y le sube la cremallera)

Pues es verdad que me queda bien. Mira, ni tetas ni calor.

No sé tía, tenemos que ver cómo va todo. Mi cuñada me dijo que me apoyaría ante los cromañones, pero tampoco quiero que tenga un problema con mi hermano.

Cuando era pequeña, con 12 o 13 años, robé un lápiz de labios en el Corte Inglés y me pillaron. Llamaron a mis padres y cuando llegué a casa mi padre me dio una hostia que todavía me duele. Me tuvo castigada sin salir tres meses.

AMAYA.-

(Sentada de nuevo)

Y tu madre, ¿qué hizo? Mi madre siempre daba la cara por mí en casa.

ELOÍSA.-

(Busca un collar entre varios que están colgados de una percha en el armario)

Pues la mía no. Mi madre era más cabrona que mi padre y solo le preocupaba lo que pensara la peña. Es un poco duro esto que te voy a decir, pero cuando murió mi madre sentí alivio. No sé tía, sé que no está bien, pero me putearon todos mucho de pequeña.

AMAYA.-

Ponte el plateado, el de la flor. Te quedará bien con las flores del vestido.

Bueno, todos tenemos historias que nos gustaría olvidar.

Elo, tú, por ejemplo, no has tenido movidas de dinero en tu familia y te aseguro que es muy jodido tener a tu padre en paro y a tu madre trabajando como un animal para poder comer. Nadie es del todo feliz, ni los ricos de las revistas.

Además, mira, ahora estamos juntas y eso compensa todo lo anterior. Lo que importa es el futuro.

ELOÍSA.-

(Se da media vuelta, levanta a Amaya de la cama y la abraza mientras la besa en la mejilla. Le habla al oído)

Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Por eso me importa una mierda lo que puedan decir esos. Además, como se pongan gilipollas nos levantamos y nos vamos. Que les den por culo. No vamos a aguantar gilipolleces.

(Eloísa se separa un poco, vuelve hacia el armario)

¿Zapato plano o algo de tacón? Me gustan mucho las alpargatas que compramos en Ibiza. Aunque están un poco sucias.

AMAYA.-

(Apoyada en la pared)

Tía, están hechas una mierda. No puedes llevar eso, ni lavándolas.

Ponte las sandalias, las de las tiras. Además, así tendremos la misma estatura las dos. No quiero estar mirando hacia arriba para hablarte.

ELOÍSA.-

(Saca unas sandalias del armario y procede a ponérselas sentada en la cama. Amaya la observa desde la pared)

Qué tonta eres. Si somos casi iguales. Ya verás, cuando adelgace seremos realmente iguales.

(Suena un mensaje en el móvil de Eloísa que está en la mesilla. Lo coge y lo mira)

Que dice mi padre que quién coño es esa amiga con la que voy a la comida.

AMAYA.-

(Se pone algo nerviosa)

¿De verdad te dice eso? ¿Y qué le vas a decir?

ELOÍSA.-

(contesta el mensaje)

Ya nada, ya se lo he dicho.

(le lee lo que ha puesto)

“Amaya es la mujer más maravillosa del mundo y hoy os vamos a contar que nos vamos a casar… “

¡Espera!

(escribe)

“…y que vamos a tener hijos…”

¡Espera!

(escribe)

“…y si no os gusta, pues os jodéis.”

AMAYA.-

¿Le has dicho eso?

Estás loca.

¿Cómo voy a ir yo ahora allí? No me jodas Elo, dime que es mentira. Vaya mal rollo ahora.

ELOÍSA.-

Que no tonta, era un mensaje de mi prima deseando suerte y que la llamemos cuando hayamos acabado.

(Eloísa coge el móvil, lo mete en su bolso junto a unas llaves)

¿Llevas cargador? Se me olvidó ponerlo a cargar ayer.

AMAYA.-

(Coge su bolso de encima de la cama y guarda su móvil)

No, pero allí seguro que te dejan uno. Siempre hay alguien con un Iphone.

Que no se te olviden las llaves.

ELOÍSA.-

No, ya las he cogido.

Bueno, allá vamos.

AMAYA.-

Con dos cojones

ELOÍSA.-

Sí, con dos cojones.

(Ambas salen de la habitación. Se baja el telón).


Fuente imagen superior: https://www.scoopnest.com/

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