ADVERTENCIA: Lo que va a leer a continuación puede llevarle a darse de baja de su gimnasio.
El atractivo sexual de un hombre radica en su musculatura, el de una mujer en lo opuesto a la obesidad. Esta afirmación que es universalmente compartida ha sido puesta en entredicho por una investigación llevada a cabo en la universidad británica de St. Andrews.
Los autores entrevistaron a 75 hombres y 75 mujeres heterosexuales a los que pusieron modelos 3D del sexo contrario con diferente morfología. Se les pidió que eligieran con qué modelo tendrían una aventura ocasional y con cuál otra de largo plazo.
Los resultados no dejan lugar a dudas, los hombres sobrevaluaron el grado de musculatura que creían que atraían a las mujeres, y ellas, por su parte, el grado de delgadez deseado por los hombres. Todo era mucho más normal, más promedio. Ni tan cachas ni tan sílfide.
Llama la atención que en el caso de los encuentros esporádicos la diferencia entre el patrón esperado y el real era mucho más acusada.
No es necesario un cuerpo 10 para echar una cana al aire.
El estudio completo lo puede conocer aquí: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/bjop.12451
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